Días de gloria: Disfruta tu vida en la tierra prometida ahora

El desierto. Tal vez tú loconoces bien. Los israelitas ciertamente si lo conocieron. Después de todo, pasaron cuarenta años vagando por el desierto. Victorias eran pocas. El progreso era lento. Estaban libres del Faraón, pero no libres del temor.

DIOS TIENE UNA TIERRA PROMETIDA PARA QUE LA RECLAMES.

Este, bien podría ser el secreto mejor guardado en la iglesia. Max Lucado dice que muchas personas subestiman lo que les ha sucedido después de su conversión. Confiar en Cristo es más que una eliminación del pecado. Es un depósito de poder. ¡Estás totalmente equipado!

Tal vez te sientas estancado, atrapado en la rutina. Luchas las mismas batallas y enfrentas las mismas tentaciones. Te preguntas, ¿Es esto lo mejor que la vida cristiana llega a ser? Hay buenas noticias. Fuiste hecho para mucho más. Fuiste hecho para Días de gloria. Una nueva época de logro, descubrimiento y fortaleza. Deja atrás los «no puedo». Pon el «Dios puede» delante de ti. Es el momento de entrar a la Tierra Prometida.

• Deja atrás el miedo y la preocupación, mientras peleas desde la victoria, no por la victoria.
• Deja de vivir por vivir y atrévete a creer que tus mejores días están por venir.
• Supera el rechazo al convencerte profundamente de que eres un hijo de Dios para siempre.
• Enfrenta la duda al reconocer la Palabra de Dios como la autoridad final.
• Recupérate de tus errores y pon tu pasado en el pasado.

TIENES TODO LO QUE NECESITAS PARA SER TODO LO QUE DIOS DESEA

Glory Days

The wilderness. Maybe you know it well.

The Israelites sure did. After all, they spent forty years wandering the desert. Victories were scarce. Progress was slow. They were free from Pharaoh but not free from fear. Saved but stuck. Redeemed but locked into a routine.

Sounds miserable.

Does it sound familiar?

The Hebrews needed only to cross the Jordan River into the Promised Land. You don’t need to cross a river, but maybe you need to get through the week. You aren’t facing Jericho, but you are facing rejection or heartache. Amalekites don’t stalk you, but disease, discouragement, danger? Rampant. You wonder if you have what it takes to face tomorrow.

The book of Joshua is in the Bible for such seasons. It dares you to believe that your best days are ahead, that there is a Promised Land for you to take. It’s not a physical territory, it is a spiritual reality; not real estate, but a real state of the heart and mind.

New York Times bestselling author Max Lucado invites readers to leave the wilderness, cross the Jordan River, and discover a life defined by grace, refined by challenge, and aligned with a heavenly call. Through a study of the life of Joshua and the biblical book that bears his name, Lucado takes readers on a tour from mere existence to Promised Land living